Análisis de la situación actual de la educación. LA RELACIÓN FAMILIARES-CENTRO.
Las
familias y los docentes estamos “condenados” a relacionarnos y debemos lograr,
además, entendernos si queremos proporcionar al alumnado una educación de
calidad.
Veamos
algunos hechos que nos indican que esta relación necesita mejorar:
a.
Escasa presencia de las familias en
los centros, que
se manifiesta en:
o
Dificultad
para “encontrar” candidatos/as al consejo escolar.
o
Dificultades
para organizar un movimiento asociativo vivo.
o
A
medida que avanza el alumnado en edad, disminuye la presencia de las familias
en los centros.
o
Mayor
presencia de madres, aunque los cargos en Consejo Escolar y Presidencia en las
AMPAS están mayoritariamente ocupados por padres.
b.
Relaciones entre familias y
docentes centradas en situaciones problemas, a veces, sólo nos encontramos cuando hay problemas:
de comportamiento, de rendimiento por parte del alumno/a, y las relaciones
centradas exclusivamente en problemas, nos enfrentan, y provocan en ambos
colectivos actitudes de:
o
Descalificaciones mutuas, a veces, expresadas en presencia
de los alumnos: ¡Qué bien viven los maestros! , o “Con los padres no hay
quien pueda”.
o
Frialdad y confrontación, unos y otros tenemos dificultades
para relacionarnos de igual a igual, de educador a educador, sin olvidar cada
uno sus funciones.
o
Incapacidad de ponerse en el lugar
del otro. (Empatia)
c.
Escasa valoración de la importancia
de esta relación, así
no siempre el colectivo de profesores entiende y apoya a los que cuidan esta
relación, “ya se cansará”, “no tiene otra cosa que hacer”… y algo similar
ocurre con aquellas familias más cercanas al centro, “algo sacará”, “es un
pelota”.
Esta falta de acercamiento entre
familia y profesorado, dificulta seriamente la educación DE CALIDAD. El reto de
todos es construir comunidades educativas partiendo de relaciones entre ambos
sectores y desarrollar un entorno social en el que se primen los procesos colectivos sobre lo individual, capaces de trabajar en torno a
objetivos compartidos.
“ Los padres y los docentes, como
los erizos, deben estar juntos para darse calor pero no tan juntos para no
pincharse “
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