Análisis de la situación actual de la educación. La realidad social.
Voy a intentar dar unas pinceladas de la realidad educativa,
tal como la veo en estos momentos. En los próximos meses tratare este tema y terminaré dando respuesta a esta situación,
planteando, a mi entender, cómo debe ser
la educación para el siglo XXI, en el que vivimos.
Para que se pueda entender con facilidad se divide el análisis en cuatro partes: la primera sobre la realidad social respecto a la
educación, la segunda sobre la realidad familiar, la tercera sobre la realidad
escolar y por último la relación entre la familia y la escuela.
LA REALIDAD SOCIAL.
La sociedad del siglo XXI nos
plantea RETOS e INCERTIDUMBRES que influyen en nuestro papel de educadores,
señalamos los más significativos:
a. El enorme desarrollo de la ciencia,
la tecnología y los medios de comunicación
El
aprendizaje ya no depende tanto de lo que ocurre en el aula como de las
interacciones que se establecen en todos los contextos en que las personas
intervienen: colegio, domicilios, barrio, club deportivo, medios de
comunicación, etc. Tener un sentido crítico o ser capaz de reflexionar y
adoptar unos criterios claros para argumentar y actuar son hoy herramientas más
importantes que la capacidad de almacenar muchos datos.
b. Mundialización y Multiculturalidad.
El
desarrollo de las comunicaciones y la facilidad de acceso a la información
facilitan la mundialización de todas las actividades humanas, y la
globalización afecta a la vida diaria. (Mundo rural- mundo urbano). Estamos por
suerte o por desgracia en el mestizaje de las culturas
c.
Sociedad altamente permisiva, en
la que se desdibujan las líneas y los contornos de lo prohibido y lo permitido,
de lo que es bueno y lo que es malo, de
lo que se puede y lo que no se puede hacer. Cuando esto ocurre es más difícil
educar.
Socialmente
se valora el placer fácil, el éxito y el
enriquecimiento inmediato. Es difícil
así hablar de un proyecto personal de vida, lo que se busca es lo que a uno le
gusta, le interesa, le satisface. El
esfuerzo compartido y la lucha por conseguir metas pierden valor.
d.
El exceso de individualismo y la
fragmentación de la vida social,
que ha enfatizado los derechos individuales por
encima de los derechos mínimos comunitarios que aseguren la convivencia
equilibrada, (“Viva yo caliente...”) nos está llevando a infravalorar los
proyectos colectivos y de comunidad. Se habla de “una sociedad de individuos” y del “espacio público muerto o vacío”, por la tendencia que tenemos a
actuar desde nuestras aspiraciones privadas, perdiendo valor la dimensión
social de la persona.
e. Descenso del valor económico de las titulaciones universitarias, porque éstas no garantizan el
acceso al empleo relacionado con la preparación académica. Además la sociedad
del Siglo XXI va a requerir cada vez más, profesionales con capacidad de
adaptarse a cambios continuos en el empleo. El mensaje ha pasado de ser: “si no
estudias no serás nada” a: “no necesitas una titulación para tener éxito”
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