Cap. 3. Emociones, sentimientos e identidad personal y profesional.
La enseñanza es un trabajo intenso que que exige unas cantidades enormes de energía física, intelectual y emocional. Para mantener la pasión es vital que las emociones positivas superen a las negativas. Las emociones positivas tienen tres funciones:
- Dar un " respiro " a través del humor,
- sostener, ayudando a los individuos a sentirse eficaces
- ser restauradoras, ayudando a los individuos a sentirse conectados y queridos.
El maestro apasionado es aquel que reconoce que el compromiso emocional es, en la mayoría de las ocasiones una parte esencial de los procesos eficaces de la enseñanza y aprendizaje. La relación emocional entre el docente y el aprendiz es tan importante para elevar los niveles como el contenido intelectual de la lección.
El sentido de identidad personal y profesional, intelectual, social y emocional es fundamental para ser un profesor eficaz. Enseñar bien no sólo depende de saber qué enseñar, sino también de conocer a quienes se enseña. Se necesita , pues una práctica docente activista que se desarrolle en estos nueve principios:
- inclusividad, enfatizando la necesidad de redes y colaboraciones.
- acción colectiva y colaborativa, la interacción, la comunicación de las ideas y el debate del problema ayudan a mantener el interés y la motivación.
- comunicación eficaz de los objetivos y expectativas, las personas necesitan saber lo que se espera de ellas.
- reconocimiento de la maestría de todas las partes implicadas
-crear un entorno de confianza y respeto mutuos
- práctica ética, reconoce que nadie es culturalmente neutro
- dar respuesta y ser responsable.
- actuar con pasión, requiere compromiso, valor y determinación, implica elevados niveles de energía emocional, exige que los participantes crean decididamente en sus convicciones y tengan en mente ante todo los interese del grupo.
- experimentar placer y estar alegres, aunque haya que tomar en serio la importancia de los problemas. La camaradería en el grupo es esencial.
- Dar un " respiro " a través del humor,
- sostener, ayudando a los individuos a sentirse eficaces
- ser restauradoras, ayudando a los individuos a sentirse conectados y queridos.
El maestro apasionado es aquel que reconoce que el compromiso emocional es, en la mayoría de las ocasiones una parte esencial de los procesos eficaces de la enseñanza y aprendizaje. La relación emocional entre el docente y el aprendiz es tan importante para elevar los niveles como el contenido intelectual de la lección.
El sentido de identidad personal y profesional, intelectual, social y emocional es fundamental para ser un profesor eficaz. Enseñar bien no sólo depende de saber qué enseñar, sino también de conocer a quienes se enseña. Se necesita , pues una práctica docente activista que se desarrolle en estos nueve principios:
- inclusividad, enfatizando la necesidad de redes y colaboraciones.
- acción colectiva y colaborativa, la interacción, la comunicación de las ideas y el debate del problema ayudan a mantener el interés y la motivación.
- comunicación eficaz de los objetivos y expectativas, las personas necesitan saber lo que se espera de ellas.
- reconocimiento de la maestría de todas las partes implicadas
-crear un entorno de confianza y respeto mutuos
- práctica ética, reconoce que nadie es culturalmente neutro
- dar respuesta y ser responsable.
- actuar con pasión, requiere compromiso, valor y determinación, implica elevados niveles de energía emocional, exige que los participantes crean decididamente en sus convicciones y tengan en mente ante todo los interese del grupo.
- experimentar placer y estar alegres, aunque haya que tomar en serio la importancia de los problemas. La camaradería en el grupo es esencial.
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